Ver luces en las sombras

Por Silvia García Jerez

Hace una semana conocíamos a los ganadores de los premios más importantes del mundo del cine. Nada importa ya si fueron cantados o si hubo sorpresas. Las fotos se publicaron y se colgaron, dependiendo del medio, los comentarios se hicieron y las opiniones dieron. Es de imaginar que menos James Cameron, que aborrecerá haber perdido y su ex mujer, Kathryn Bigelow, que ya habrá impreso algunos rayajos en su estatuilla y fundido el vídeo donde se la ve subiendo a recogerlo, el resto del mundo ya no recuerda nada de los Oscar. Nuevas películas nos llegan y hay que seguir consumiendo cine. Industria obliga. Y actualidad también.

Sin embargo, al otro lado del charco, ya tienen los nuevos títulos de cara a los próximos premios, a los del 2011. Ya calientan motores con nuevos pronósticos. Que si Clint Easwood por Hereafter, que si lo nuevo de Christopher Nolan, que si otra vez Annette Benning compitiendo con Hilary Swank… son una industria y así deben moverse. Siempre en el futuro pero recaudando en el presente. Algo que nosotros deberíamos aprender a hacer. No es tan difícil, sólo hay que ponerle ganas. Y que creérselo. Para lo primero, las ganas, hay que ponerse y para lo segundo, simplemente hay que convencerse. Porque, como diría el slogan de una conocida campaña: «nosotros lo valemos».

Sí, lo valemos. No habremos revolucionado la historia del cine, como se afirma de James Cameron, pero en proporción teníamos en nuestros Goya mejores películas que las candidatas al Oscar. Y las que los patrios se dejaron fuera: Agallas, Mapa de los sonidos de Tokio, [Rec] 2… cintas que merecían más y mejores nominaciones que las que tuvieron. Y de las que entraron y compitieron a lo grande, la que ganó en nuestro país le daba unas cuantas vueltas a la que ganó allí. Si no somos capaces de ver eso y de defenderlo, es que estamos más absorbidos por América de lo que creemos. Y no estoy ensalzando la bandera porque sí: Million Dollar Baby no es mejor que Mar adentro, están al mismo nivel, no sólo de tema, también de calidad. Por poner un ejemplo de otro año donde el cine estadounidense sí brillara con un Oscar acertado.

Nosotros este año tendremos de nuevo a Fernando León de Aranoa con Amador o a Icíar Bollaín junto a Luis Tosar en También la lluvia. A Javier Bardem en lo nuevo de Iñárritu, Biutiful, a Belén Rueda en Los ojos de Julia o al gran Antonio de la Torre en La isla interior. No sabemos cuáles pueden ser candidatas a Goya, quiénes pueden optar a premio o cuáles serán injustamente olvidados. Pero lo que está claro es que tenemos grandes nombres, que el público los apoya y que entre todos deberíamos, si no es posible hacerle sombra, al menos correr sin miedo detrás de él… hasta alcanzarlo.

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