EL CLÁSICO

Cada semana, incluiremos en esta sección el clásico con el que cerramos puntualmente nuestro programa de radio.

PROGRAMA DEL 6 DE FEBRERO

El último magnate (1976), de Elia Kazan, es una visión agridulce a la época dorada del studio system de Hollywood. Basada en una novela inacabada de Scott Fitzerald adaptada por Harold Pinter en la que el autor se desquita con algunos personajes que conoció en la industria del cine, esta película se centra en las oscuras tramas que se tejen alrededor del ejecutivo Monroe Stahr (Rober DeNiro), un trasunto de Irving Thalberg, el famoso Chico de oro de Hollywood.

Tony Curtis, Robert Mitchum, Jeanne Moreau, Theresa Russell, Anjelica Huston y Jack Nicholson completan el rutilante reparto de una de las películas más críticas con algunos aspectos de la industria cinematográfica que se han hecho, y al mismo tiempo llena de amor por el cine y también por ese maravilloso invento de la cultura moderna llamado Hollywood.

PROGRAMA DEL 21 DE NOVIEMBRE

Fama (1980), de Alan Parker, es una de esas películas que más influyó en una generación, la de los actuales treintañeros, algunos de los cuales con el tiempo se convirtieron en directores y guionista de televisión y recrearon la célebre Academia en sus series y concursos. Por lo visto, aquel “la fama cuesta, y aquí la vais a pagar, con sudor” de la profesora Lydia Grant (Debbie Allen), repetido docenas de veces en la serie de televisión basada en la película (Coco Hernández, interpretada en el largometraje por Irene Cara, fue reemplazada para la pequeña pantalla por Erica Gimpel) creó escuela entre los que entonces vieron la película. Otros sólo disfrutamos de la serie de TV, y fue mucho después, curioseando en el vídeo club, que descubrimos Fama, el largometraje.

Un clásico que nunca perdió su actualidad y que regresa el 25 de diciembre a las pantallas españolas con una nueva versión cinematográfica a cargo de Kevin Trancharone, director de la serie-reality Dancelife. Sin embargo, no dejen de ver la primera Fama, aunque sólo sea por darse el gustazo por partida doble. Cualquier tiempo pasado no tuvo por qué ser mejor, pero algunos no estuvieron nada mal.

PROGRAMA DEL 3 DE OCTUBRE

Considerada por muchos como la mejor película de Charles Chaplin, El gran dictador (1940) es una de esas películas que como el buen vino, gana con los años. Su evidente crítica a los fascismo convierten a esta cinta en una valiente sátira que bien merece la pena redescubrir.

Además de director, Chaplin aparece en esta película como actor por partida doble. Interpreta a un barbero judío y al dictador Adolf Hynkel. Entre medias, se encuentra la historia de amor entre el barbero y Hannah, que se verá dificultada por la discriminación hacia los judíos y el encarcelamiento del protagonista a un campo de concentración.

Todo un clásico que debido al momento histórico de la época, no se estrenó en Alemania hasta 1958 y en España hasta 1976.

PROGRAMA DEL 26 DE SEPTIEMBRE

Con El discreto encanto de la burguesía, el genial Luis Berlanda nos regala una de sus piezas más personales. Premiada en 1972 con un Óscar a la Mejor Película Extranjera, esta cinta es surrealismo en estado puro.

Todo comienza cuando el embajador de Mirando, Rafael Costa, y el matrimonio Thévenot acuden a cenar a casa de otro matrimonio, Sénechal. Esta cena nunca llega a tener lugar, entre otras cosas porque resulta que el dueño del lugar está muerto. A partir de entonces, se suceden una serie de personajes esperpénticos que producen la risa y el desconcierto en el espectador.

PROGRAMA DEL 12 DE SEPTIEMBRE

Rememoramos una película divertidísima que encarna todo lo de bueno y malo tuvieron los años setenta del siglo XX, esa década «que el estilo olvidó». El mundo está lleno de hombres casados (1979) es  una comedia golfa basada en uno de los grandes éxitos de la novelista británica Jackie Collins, hermana de la actriz Joan Collins. Dirigida por el veterano Robert Young, la cinta trata un asunto universal y casi intermporal: la infidelidad y el engaño en la pareja y la reacción de la parte ofendida tras el descubriminento del engaño, que en este caso dura ya varios años.

Linda Cooper, interpretada por una rutilante y bellísima Carroll Baker, musa de aquel cine epatante a medio camino entre el gore, el terror y el destape que proliferó en España e Italia a finales de los años 70 (fue la protagonista de la estupefaciente Las flores del vicio, escrita por Gonzalo Suárez), decide vengarse por las continuas infidelidades de su marido y se hace amante de Gim Gemini, un noctámbulo empedernido que sirve de excusa para repasar algunos de los clásicos de la música disco de aquellos años. Enterado del inesperado giro que ha tomado la vida de su esposa y arrepentido de sus actos, en ocasiones fruto de la más pura frivolidad pero que podrían dar al traste con su matrimonio, el atractivo David Cooper (Anthony Franciosa) intentará recobrar a su mujer. Sin embargo, la labor no será fácil, pues Linda no está dispuesta a darle a su marido un cheque en blanco.

¿Una de las peores películas de todos los tiempos o una joya de su género? Juzguen por ustedes mismos.

PROGRAMA DEL 29 DE AGOSTO

Hoy recuperamos una de las películas de un autor danés que representa el equilibrio inestable entre los impulsos que afirman el mundo y los que lo niegan: Carl Theodor Dreyer. Vampyr (1932) fue una película subvencionada por su protagonista, un aristócrata intelectual que buscaba realizar películas artísticas y no de puro entretenimiento. Así, se rodó una película que fue un fracaso en taquilla y supuso la vuelta de Dreyer al periodismo, dejando de rodar durante 10 años. Sin embargo, esta película, que se sirve de los elementos del género para desarrollar su historia, demuestra una maestría en la dirección que es casi sobrecogedora.

Al verla nos vemos incapacitados para distinguir entre lo real y lo soñado, envolviéndonos en una incertidumbre constante en la que las sombras se mueven solas, los muertos perciben su realidad desde el ataud y donde cada objeto supone una acción independiente dentro del espacio. Es de la interacción de todos los elementos en cuadro de la que resulta la verdad del desconocimiento del hombre en el mundo para estar en él: la disparidad de su existencia.

PROGRAMA DEL 22 DE AGOSTO

En este programa, recordamos la que sin duda ha sido la película que catapultó a la fama a Woody Allen. Se trata de Annie Hall (1977) con la que el director, actor y guionista norteamericano consiguió ni más ni menos que cuatro Oscar: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Guión Original y Mejor Actriz Principal (Diane Keaton). Woody Allen se quedó a las puertas de recibir también un quinto Oscar al Mejor Actor que finalmente se lo llevó Richard Dreyfuss por La chica del adiós (1977).

 La película es una reflexión sobre la relación de pareja que tienen dos personajes de los más peculiares: Alvy Singer, un cómico neoyorkino (Allen); y una aspirante a cantante, Annie Hall (Keaton). En clave de comedia pero con importantes reflexiones de trasfondo, Allen nos traslada al universo de las relaciones sentimentales de una manera magistral.

Son muchos quienes afirman que ésta es la mejor etapa de Allen, y puede que sea cierto. Precisamente por eso, y por la importancia que tuvo en su día y que hoy en día sigue teniendo esta cinta, os invitamos a todos vosotros a que la recuperéis y disfrutéis con estos 93 minutos de amor, neurosis, Nueva York, grandes interpretaciones, risas y reflexiones.

PROGRAMA DEL 9 DE AGOSTO

So BigEn Trigo y esmeralda (So Big), de 1953, Jane Wyman, interpreta  a Selina, una joven de familia adinerada que cae en la pobreza tras la muerte de su padre. Lejos de resignarse, la heroína trabaja como profesora y, tras contraer matrimonio con un granjero y perder a su marido, debe asumir la dirección de la explotación para mantener a su hijo en una época en la que algo así era inusual para una mujer. Una maravillosa historia llena de fuerza y de optimismo con algunos giros agridulces, como cuando el hijo de la protagonista decide abandonar la arquitectura y dedicarse a las fiestas de la alta sociedad, un hecho que disgusta profundamente a su madre. 

Esta película, dirigida con acierto por Robert Wise y en la que Wyman sobrepasa con creces la interpretación de Barbara Stanwyck en la versión del mismo filme de 1932, está basada en una novela de Edna Ferber, autora de otras obras llevadas con éxito a la gran pantalla, tales como Cena a las ocho y Gigante (1956), protagonizada por Elizabeth Taylor, Rock Hudson y James Dean.

A pesar de su gran trabajo en esta película, Wyman no consiguió ningún galardón por ello. Sin embargo, Steve Forrest se alzó con el Globo de Oro como mejor actor promesa por su papel como Dirk, el hijo de Selina.

PROGRAMA DEL 1 DE AGOSTO

El anuncio en la Comic Con de San Diego de que en el 2011 se estrenará por fin su tardía secuela (Tron Legacy), y la llegada a nuestras pantallas de Up (porque, al fin y al cabo, es la madre de todas las películas de animación por ordenador) nos dio un motivo inmejorable para recordar Tron (1982), uno de esos fracasos estrepitosos en taquilla que, sin embargo, se ha convertido con el paso del tiempo en cinta de culto. Y gran parte lo tiene su estética futurista, tan influyente en el mundo del videojuego y que luce inmejorablemente en su remozada versión 2.0. Y si no, basta traer de nuevo la más que recordada carrera de motos… jugar al gusano ya nunca fue lo mismo:

PROGRAMA DEL 25 DE JULIO

Paris, Texas, la inolvidable película de Win Wenders, es nuestro clásico de la semana. Y poco se puede añadir a lo que escribió en su momento nuestro compañero Luis Pérez: aquí podéis leerlo… y disfrutarlo.

PROGRAMA DEL 18 DE JULIO

El graduado (1967), el amor no tiene edad (¿o sí?)

El graduado

Estrenada en enero de 1968, esta simpática y a ratos melodramática historia de amor triangular –un joven recién salido de la universidad, la señora Robinson y su hija– se convirtió rápidamente en un taquillazo, mientras que su banda sonora, compuesta por Dave Grusin y Paul Simon, desbancó a los mismísimos Beatles. ¿A qué se debe este éxito?

Considerada por muchos como una de las películas más divertidas de la historia, El graduado trata de la desorientación no solo sexual de Benjamin Braddock (Dustin Hoffman), un veinteañero recientemente graduado de la universidad que se muestra incómodo con los agasajos de sus padres y encuentra en la esposa de un amigo de la familia, la atractiva y sutil señora Robinson (Anne Bancroft), un refugio que le protege de ese mundo real que tan poco tiene que ver con la torre de marfil académica y al que no parece querer enfrentarse, aunque tampoco le agrada la idea de seguir estudiando. 

Sin embargo, al mismo tiempo que Benjamin pasa el verano en los brazos de la señora Robinson, también comienza a relacionarse con su hija, la bella Elaine (Katharine Ross), algo que gusta mucho a sus padres, ajenos a la aventura de su hijo con una mujer casada. Tras prometer a su amante que nunca saldrá con Elaine, el protagonista, llevado por una mezcla de temor y confusión y cierto afán de rebeldía mal orientado, decide romper su promesa y comienza a ver a Elaine.

Benjamin, agobiado por la trampa en la que se encuentra y que él mismo se tendió, confiesa la verdad a su novia, quien indignada rompe con él y se compromete con otro chico a pesar de que, como sospecha Bejamin, tal vez siga amándolo a él.

¿Liberación o confusión? ¿Libertad o irresponsabilidad? ¿Están condenados los jóvenes a repetir los errores de sus padres? Estas son algunas de las preguntas que suscita esta película magistralmente adaptada de una novela de 1963 de Charles Webb y cuyo director, Mike Nichols, supo retratar como nadie los dilemas a los que se enfrentaba una nueva generación que rechazaba la moral de sus padres, aunque su búsqueda de algo nuevo y diferente podría acarrearles no sólo sufrimiento y sinsabores, sino hacerles caer justamente en todos aquellos vicios que denunciaban.

El graduado es una sátira social sin contemplaciones en las que nadie parece salir bien librado: jóvenes mimados de familia bien que parecen tenerlo todo y que viven en un estado de indolencia y necedad; la superficialidad de las consignas rebeldes; y la caducidad de ciertas normas sociales que no parecen satisfacer ni a quienes las practican ni a los que, por su clase social, parecen condenados a perpetuarlas.

¿Acaso no hay salida? Sí, pero como muestra la película, cada uno habrá de elegir la suya. La autenticidad se cobra un alto precio que no todos están dispuestos a pagar.

PROGRAMA DEL 11 DE JULIO

Le meprisEn 1963 el gran Jean- Luc Godard llevó a cabo una película basada en una novela de Alberto Moravia que hoy recuperamos, El Desprecio. Brigitte Bardot y Michel Piccoli representan una relación de pareja tormentosa enmarcada en una Italia en la que se rueda La Odisea de Fritz Lang. Dos genios, Lang y Godard, conversando.

Si quires saber más…

PROGRAMA DEL 4 DE JULIO

La muerte de Karl Malden fue motivo más que suficiente para recordar uno de sus títulos emblemáticos, La ley del silencio, de Elia Kazan (1954). Allí componía el que es, sin lugar a dudas, uno de los sacerdotes más memorables de toda la historia del cine:

PROGRAMA DEL 20 DE JUNIO

Ahora que aún tenemos reciente el paso de Claudia Cardinale por Madrid, ¿por qué no recordar una de sus películas más importantes? Aquella que la reunió con Burt Lancaster, con Alain Delon, que hizo real la inolvidable novela de Lampedusa bajo la batuta de Luchino Visconti… Porque todo eso, y mucho más, es El Gatopardo (1963).

PROGRAMA DEL 13 DE JUNIO

SemillaDiabloLa Semilla del diablo es la mala traducción spoiler de Rosemary’s Baby (1968) un filme con el que Roman Polanski aterrorizó al mundo en 1968, mucho antes que El exorcista (1973) o La profecía (1976), títulos que suelen considerarse referencias paradigmáticas del terror moderno. Hemos de reconocer que el señor Polanski tuvo su idea, y revolucionó mucho antes el género que el resto de clásicos, gracias a una concatenación de factores clave, apuntillados por una bárbara interpretación de Mia Farrow, y es que no hay ni un segundo de serenidad.

PROGRAMA DEL 6 DE JUNIO

¿Cuándo dejamos de estremecernos con el suspense para comer palomitas con el thriller? Sola en la oscuridad (Wait until dark, 1967) está en el estrecho camino fronterizo entre ambos géneros, que son uno. Su director, Terence Young, quiso regalarle a Audrey Hepburn su quinta, última y fallida nominación al Óscar, y a Alan Arkin, una de los mejores interpretaciones de su carrera, que recuerda tanto a Peters Sellers. Y a nosotros, al gran público, nos obsequió con una guerra de versatilidad ante la ventajosa gran limitación de la protagonista: la ceguera. No les engaño: no se moverán de su silla, sofá, taburete, suelo.

PROGRAMA DEL 30 DE MAYO

Hubo una época en la que el maestro Steven Spielberg no las tenía todas consigo, una época en la que Tiburón no acaba de estrenarse, y Encuentros en la tercera fase (Close Encounters of the third kind, 1977) no era más que un lejano proyecto sumido en la infancia del de Cincinnati. Sin embargo ese temor al fracaso, esos duros 5 años de trabajo para que una nueva odisea en el espacio viera la luz, terminaron por transformarse en una revolución, amparada tras los columpios de Kubrik y las certezas de Lucas. La Ciencia Ficción se posaba al gran público en una alejada montaña, y se comunicaba melódicamente para abrir las puertas de la nave a nueva época, los 80, unos años en los que Spielberg soñó con deleitarnos.

PROGRAMA DEL 23 DE MAYO

Está considerada como una de las mejores películas de la historia de la Disney; pero, sea como sea, lo que no se puede negar es que El libro de la selva (1967) sigue siendo de esas cintas que mejor han aguantado el paso del tiempo y, quizás, una de las de mejor banda sonora de todas las realizadas en la factoría del ratón (lo cual es decir mucho). Y, antes de nada, es toda una descarga de buen rollo y momentos inolvidables, como éste del Rey Lui cantando aquello de «Quiero ser como tú/andar como tú/hablar como tú/dubidubidudadá» (maravillosamente interpretado por Louis Prima en la versión original, y que ha sido versionado por muchos, incluso por el mismo Bunbury):

PROGRAMA DEL 16 DE MAYO

400 golpesHace 50 años que Los 400 Golpes de François Truffaut se presentó en el Festival de Cannes reclamando la atención sobre la Nouvelle Vague; sobre la juventud artística; sobre la existencia de un nuevo cine tan merecedor de ser visto como el clásico; sobre el renacimiento de un arte. En 1959 comenzó la época dorada del cine de autor, y aunque Los 400 Golpes no fue Palma de Oro, su director si se vio galardonado.

Rodada con luz natural, prescindiendo de los grandes decorados del cine clásico y reflejando una realidad presente y perceptible, Truffaut desarrolla esta película en la que Antoine Doinel (Jean – Piere Léaud) es un niño que llega a la adolescencia y se ve en la necesidad de elegir entre seguir en su casa con unos padres no especialmente preocupados por él o rebelarse contra todo lo impuesto y buscar su propio camino en París, golpe tras golpe.

Sumergirse en esta película;  empatizar con Doinel; dejar que nos cuente su historia mirando a cámara; no ser capaz de juzgar sus tonterías; es un placer que Truffaut nos ha otorgado y que, aunque sea 50 años después, debemos aprovechar.

3 Respuestas a “EL CLÁSICO

  1. Pingback: Obsesionados con el cine « Los críticos de élite no comen palomitas

  2. Pingback: Los mejores 10 villanos de la historia del cine « Los críticos de élite no comen palomitas

  3. Hubo una película de Flash, con música de los Bee Gees en los 80 que fue un fracaso, ¿dónde hay datos de esa película? por favor, si sabes algo escríbeme a santiago.nippurdelagash@gmail.com

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