Frente a villanos… PRINCESAS

Por Clara Jiménez Cruz

Mientras que Jaime  Ramos se decanta por los malos, yo, a pesar de mi carácter, prefiero a las princesas de largos vestidos vaporosos, mejillas rosadas y voz angelical. Quizás esta definición sólo identifique a las primeras princesas de (¡cómo no!) la factoría Disney, ya que con el tiempo se dieron cuenta que había que salir de los estereotipos y así surgieron las princesas guerreras, las princesas de otra raza, las princesas pobres, las princesas de plástico… ¡Qué hubiera sido de Disney sin sus princesas! ¿Se imaginan que la producción de Walt se dedicara únicamente a los dramas sociales? ¡Vaya infancia!

Bueno, nosotros vamos al lío con el TopTen de las princesitas:

10. Blancanieves: espejito, espejito. (1937)

Si bien la más talludita, también para mi gusto la más aburrida de las princesas, sin expresión, sin drama interior, una princesa que sólo sabe poner cara de sorpresa. Los enanitos eran el alma de esta película y más bien ellos los que cuidaban a Blancanieves que al revés.

9. La bella durmiente (en exceso) (1959)

Ésta película, que sólo se salva gracias a Flora, Fauna y Primavera, es tan durmiente como su bella y además lleva a preguntarse algunas cosas: ¿por qué tanto somnífero cuyo antídoto es el beso del príncipe azul (igual de soso que la fémina) y por qué son tan tontas las princesas de Disney? Por que lo suyo no es inocencia, es estupidez supina…

8. Jasmín y su tigre (1992)

Yo era más del tigre que de Jasmín. Aunque no lo crean, esta clasificación no se hace por orden de inteligencia de las princesas (sí, Jasmín también es un poco tonta, como la anterior) sino por gusto personal. La verdad es que en esta película con Apu, el genio y Yago estábamos más que servidos.

7. La bella (sin bestia y sin Gastón) (1991)

Por fin una princesa educativa: le gusta leer y no sólo cambiarse de trapitos y hablar con los pájaros. Es bella, pero no bellísima, y su condición de hija de un inventor le hace ver el mundo real y desarrollar su inteligencia: «menos mal que no todos nacemos princesa» parece ser la moraleja…

6. Megara: princesa, pero mala (1997)

Megara, al servicio de Hades, distrae a Hércules de conseguir su meta, pero, cómo no, Cupido siempre está en medio y Megara cae rendida ante los encantos del semidiós caracuadrada. Mira que…¡para una que intenta ser mala!

5. Mulán y Mushu, el dragón – lagartija (1998)

Por fin una princesa valiente, que por sostener aquello en lo que cree, deja los trapitos, se corta y el pelo, y se convierte en guerrera. ¿Se imaginan a Blancanieves haciendo lo mismo? Estaba demasiado ocupada hablando con los pajarillos…

4. Cenicienta, cenicienta, lava y canta, cenicienta (1950)

Aunque está si era de las de cantar, hacer trajes con GusGus y compañía y ponerse zapatos de cristal, Cenicienta tiene algo (quizás las hermanastras) que me atrapa, como las pompas de jabón en las que todo se refleja cuando lava los suelos de la gran mansión…

3. Esmeralda, la princesa gitana (1996)

De Esmeralda me gusta todo: sus bailes, su belleza, su bondad,y hasta su cabra. No debe ser fácil hacerse amiga de Quasimodo. Es ella una princesa sin prejuicios, con ganas de vivir, y de conocer, y sin necesidad de coronas de diamantes.

2. Pocahontas: río abajo (1995)

Con los años Disney cada vez se volvió más étnico, y así apareció la princesa india, que proclamó a los cuatro vientos la necesidad de cuidar a la madre tierra, al padre río… convirtiendo en archiconocida la carta del Jefe Seattle al Presidente de los Estados Unidos.

1. Ariel, la sirenita (1989)

Ariel es, sin duda, la mejor princesa, por una sencilla razón: porque es una niña, y eso la hace mucho más cercana al espectador infantil que cualquier otra. La Sirenita es una película en la que todo es bueno, incluida la villana de los mares Úrsula (que por cierto, se parece mucho al Hades de Hércules).

Después de este repasito empalagoso de princesas y princesitas recuerden que la belleza no es lo único en esta vida…