Cinco minutos con Audrey Tatou: «Coco, de la rebeldía a la leyenda de Chanel»

Por Francesca Aldrich

Vuelvo al ataque freudiano, compartiendo con vosotros en la nebulosa de internet, la mirada de cinco minutos que me dedican las estrellas del celuloide, e intentando captar con pinceladas de brocha gorda, lo que hay debajo de la piel, de las palabras, de los gestos de los que vienen por un rato a hacernos soñar. Y así, como siempre y con actitud positiva y llena de sensaciones glamourosas con sabor a fresas con chocolate caliente, y con la película aún en la garganta, me cite con Miss Chanel… perdón, Mrs. Tautou en el hotel Santo Mauro, ya un clásico lugar de encuentro.

Lo primero que captó mi atención al verla fue su piel y la forma tan enroscada de estar sentada en la silla, su fragilidad. Parecía como si hubiese dormido en esa misma postura por mucho tiempo, desperezándose de cuando en cuando para ser entrevistada. Su piel es blanquísima que no transparente, y me impresionó ver que sus orejas eran un pelín desproporcionadas en tamaño con respecto su carita de niña, que como buena actriz tapa disimuladamente con un corte de pelo muy Chanel. Si alguien puede representar la esencia del espíritu parisino, es esta chica menuda, que aún después de saborear el éxito sigue enseñando atisbos de timidez cuando las pausas entre el cámara preparándose, y yo lanzando la pregunta, se hacen demasiado largas.

Me hizo llorar mucho la película, lágrimas silenciosas de mujer herida que son más tristes ya que además tardan más en caer por el rostro y se unen lentamente por debajo de la barbilla. Según la directora del biopic, Mrs. Fontaine, y según Mrs. Tautou, la historia de Coco no es triste, no, es una historia de superación, de llegar a la meta a pesar de. Si, estoy de acuerdo, en cierto modo es así, más de uno se sorprenderá lo dura que fue su infancia, su adolescencia, su juventud y su plenitud y admirará mucho más hasta dónde fue capaz de llegar, incluso llevará mejor la compra de los carísimos articulos de Chanel.

Coco Chanel, mujer inventada a sí misma (ella misma lo dijo: “me inventé mi vida porque no me gustaba”, y lo consiguió). Esta mujer sufrió en todas las fases de su vida como ser humano, y sobre todo en el amor. Aprendió a ponerse un traje no solo en el cuerpo sino también en la cara que actuaba de mascara ante las incesantes evidencias de que el mundo es un “camino de lagrimas”. Su orgullo la mantuvo en pie, pero su corazón sangraba por dentro y se le nota en la mirada, en la mirada de la Sra. Tautou. No podría pensar en otra Coco que no fuese interpretada por ella, incluso he sido incapaz de mirar en los archivos para ver las otras Coco, Mrs. MacLaine por ejemplo, ya que quiero recordarla como la he visto ahora.

Se nota que Mrs. Tautou disfruto con la interpretación de Coco, que como actriz ella se ha encontrado en múltiples ocasiones con escenas de superación en esos castings eternos que seguro que tuvo que hacer hasta llegar al personaje de Amélie y el reconocimento internacional. Pero hablando de Coco y de Mrs. Tautou, son dos en una: las dos saben coser desde jovencitas, las dos fuman con una elegancia sin parangón, las dos me temo que sufrían, y Mrs. Tautou aún.

Me gustó la película muchísimo por su femininidad, y Mrs. Tautou tambien. Tuvo un gesto para alimentar mi vanidad que me encantó: con una cámara antigua, nada digital, me sacó una foto en mi silla, una manía que tiene desde hace mucho… no tuve tiempo a preguntarle más… me quedé con las ganas.

Me gustaron sus respuestas, sobre todo cuando le pregunté sobre cómo ella veía la vida, y me dijo: «La vida no es de un solo color, es blanca y negra como un traje de Chanel…» Y para Vivir de Cine compartió su secreto:  ser fiel a uno mismo y tener compromisos. .. Pues sí, querida Mrs. Tautou, tienes razón… espero que para la segunda parte de la vida de Coco, te propongan a ti también para interpretarla y, claro está, aceptes. Gracias por tu ternura y fragilidad: ¡Cautivas!