Por Jaime Ramos
El panorama no podría resultar más irónico. En mitad de una pseudo-crisis sobre la nueva ley del cine español, es decir, los nuevos criterios para adjudicar las subvenciones que principalmente financian nuestro cine, que tienen dividos por completo a nuestra industria (mejor dicho, nuestra artesanía); comenzamos a notar un mini-boom en taquilla, un acercamiento de los espectadores a películas españolas, no de autor, sino de género, o franquiciante. Películas que en muchos casos, dado nuestro elevado concepto europeo del arte, reciben el menosprecio de buena parte de la crítica, y también del público: ¡Pues ahí están!
Spanish Movie liderando la taquilla, y tras esta, Planet 51. Está claro que la autoría es nuestro sello y las fórmulas originales al producto cinematográfico standard no han de extinguirse. Mas no han de ser la única alternativa.