Por Antonio Golmar
En 1992 Roman Polanski estrena Lunas de hiel, una adaptación cinematográfica de la novela publicada en 1981 por Pascal Bruckner, uno de los más lúcidos críticos de los cambios sociales, y a mi juicio quien mejor ha retratado la infelicidad, la insatisfacción y el aburrimiento que reinan en las sociedades desarrolladas contemporáneas.
Fiona y Nigel Dobson, un atractivo y acomodado matrimonio británico interpretado por Hugh Grant y Kristin Scott Thomas, se dirige a Estambul en un crucero rumbo a la India. Una noche, Nigel conoce a Mimi (Emmanuelle Signer), una francesa que baila en el bar del barco, y descubre que es la esposa de un misterioso escritor norteamericano (Oscar, Peter Coyote) residente en París.