Por Francesca Aldrich
Vuelvo al ataque freudiano, compartiendo con vosotros en la nebulosa de internet, la mirada de cinco minutos que me dedican las estrellas del celuloide, e intentando captar con pinceladas de brocha gorda, lo que hay debajo de la piel, de las palabras, de los gestos de los que vienen por un rato a hacernos soñar. Y así, como siempre y con actitud positiva y llena de sensaciones glamourosas con sabor a fresas con chocolate caliente, y con la película aún en la garganta, me cite con Miss Chanel… perdón, Mrs. Tautou en el hotel Santo Mauro, ya un clásico lugar de encuentro.