Por Clara Jiménez Cruz
En el mundo del cine, por alguna extraña razón que escapa a mi razonamiento, existe una tradición (en ocasiones maniaca) por las listas. No hace falta más que recordar a John Cusack en Alta Fidelidad, película en la que la lista de “Mis cinco mejores” suponen su estructura, pudiendo ir desde “Mis cinco mejores relaciones” a “Mis cinco mejores baladas”.
Y es aquí, en el tema musical, de lo que quiero hablar hoy. ¿Qué sería el cine sin música? Las películas perderían todo su sentido sin la música; es la música ese ingrediente más que permite al cine expresarse en estado puro, y sin duda es el ente manipulador que te lleva a introducirte en la historia de una u otra manera. Imagínense una comedia romántica sin música: no tiene gracia. Podríamos hacer una lista de bandas sonoras del cine, pero también podríamos morir en el intento. Así que yo, a lo John Cusack, prefiero hacer una lista de “MIS CINCO MEJORES CANCIONES DE CINE”. Vamos al lío:
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