Inspirada por mi reciente estadía en París visitando a mis amigos, he decidido que para esta nueva incursión en el blog hablaría de mi peli favorita francesa.
Se trata de Mon Oncle (Mi tío) que el inigualable y genial Jacques Tati dirigió en 1958 y con la que ganó un Oscar a la mejor película de habla extranjera, cosa que no ha sucedido muchas veces con una película de habla francesa.
Para todos aquellos que no lo conocen (supongo que las nuevas generaciones no deben estar muy al tanto de su trayectoria) los dejo buscar vida y obra del maestro de la mano de nuestro mejor amigo Mr. Google. No cuenten conmigo para datos y fechas ya que la precisión no es una de mis cualidades, lo podrán apreciar a medida que nos vayamos conociendo, pero sólo señalarles que Mon Oncle es su película más conocida y también la más premiada.
Se trata de la historia de la familia Arpel , compuesta por el padre, un hombre que ha triunfado en la vida y que está al frente de una fábrica de plásticos llamada Plastac; su esposa, una señora llena de vitalidad “doméstica” que no para un minuto de limpiar todo, pareciéndose más más una enfermer por sus atuendos y los utensilios que utiliza que a una ama de casa; y su hijo Jimmy, un niño que sobrevive en ese ambiente y que añora jugar y divertirse, cosa imposible en esa casa ultramoderna y aseptizada donde la fantasía no tiene cabida. Todos los días su tío Mr. Hulot, hermano de Mme. Arpel, lo va a recoger al colegio y ambos viven grandes momentos de aventuras y travesuras. Este personaje atípico y entrañable vive en una parte de la ciudad donde todo es un alegre caos, en contraste con el barrio de los Arpel.
La peli es una sátira del mundo moderno y sus invenciones, tema ya antes tocado por Chaplin, del cual Tati es un gran discípulo y admirador, encontrando en la relación niño–tío una réplica a esa deshumanización.
También fue un innovador en cuanto a la importancia del decoro en el guión que es un personaje más, tan importante como los otros, ya que no hay casi diálogo.
Recientemente se ha realizado una exposición sobre la vida y obra de Tati en París (con gran éxito de concurrencia) y a la que lamenté no haber podido asistir, y en la que habían reproducido la famosa casa.
Toda la película está tratada también como un gran cuadro en donde cada cosa y color tiene su importancia, incluso hasta en la forma delicada en que el personaje de Mr. Houlot tiene en posicionar su ventana para que el pájaro que vive ahí disfrute del sol.
Qué más decir ante tanta belleza y elegancia, sólo que siempre me ha impactado su forma tan sutil de hacer que la sonrisa sea una constante, les pido a aquellos que nunca lo han visto que se inicien y a aquellos que ya lo han hecho que reincidan, que de las cosas buenas se usa y abusa.
Luv ya!
Ceci
Ver esta película sin abandonar la sonrisa resulta imposible, incluso para un apasionado -como yo- del racionalismo y el funcionalismo arquitectónicos. El despliegue de gags de Tati, fruto de contraponer las contradicciones de esas tendencias con el tradicional y sosegado estilo de vida urbano francés, no dejó indiferente a un Hollywod sensibilizado ante críticas inteligentes a los presuntos avances del Sistema. Magistral en todos los sentidos.
Mi peli francesa favorita, «Amelie», aunque en otra línea diferente, también es heredera de esta reivindicación del humanismo real y del gusto por los detalles sencillos e indispensables para el auténtico bienestar. Al inicio de la historia sus personajes deambulan solos, mientras se rozan entre sí sin percatarse de su aislamiento, siempre potenciado inevitablemente por los avances de la era de la comunicación (prensa, televisión, vídeo, transportes…). En esta cinta, el cometido del tío lo desempeña la protagonista, quien, al percatarse de su propia soledad, decide salvarse humanizando su propio entorno, valiéndose para ello de usar con una racionalidad mucho más inteligente y sensata los distintos medios que la rodean. En este sentido, creo que las influencias de su predecesora son casi indiscutibles. Pero ambas obras me parecen poesía visual, o cine en estado puro, de ese que no precisa ningún tipo de justificación para ser sentido y entendido por cualquier persona sencilla.
Así que muy agradecido a esta entrada por darme pie a enriquecer mi videoteca en la buena dirección, ya que la resaca de los novedosos tecnicismos de AVATAR me ha vuelto a dejar desconcertado ante esta nueva ola carente de valores cinematográficos tradicionales, de esos que -sorprendentemente- sí tenían anteriores éxitos de Cameron. Una vez más se demuestra que los avances de la técnica siempre nos deshumanizan en algún sentido.
Saludos,
Alfonso
Una joya, una auténtica joya. ¡Ganas me dan de ponerme a tararear «tararararaririritarariri, tararararariritararaá…»
Propongo que el próximo día que vayas al programa la hagamos de clásico 🙂
Esta presentacion de Cecilia no deja lugar a opciones, en cuanto acabas de leer la ultima linea ya te sientes obligada a ver la pelicula.
Sensacional Ceci.