Se acercan las Navidades y con ellas las películas de St. Claus, renos y demás historias familiares. Sinceramente, este género no es santo de mi devoción, y precisamente por eso no voy a recomendar ninguna cinta de esta temática. Lo que sí voy a hacer, es recomendaros una de las historias de amor que más me han gustado en este último año: (500) días juntos.
La película se vendió en España como una historia de amor donde el chico es el que se enamora perdidamente de la chica y precisamente es éste el que quiere una relación seria. Este argumento, “original” (lo siento, pero me niego a pensar que esto sea tan poco común), es uno de los encantos de la obra aunque bien podría funcionar si en vez de él, hubiese sido ella la que se enamora perdidamente del chico.
Pero a parte de este pequeño matiz, he de reconocer que sí, que la historia funciona y que me ha emocionado. Y es que en el fondo todos somos unos románticos y las historias de perdedores entrañables que se enamoran de un imposible nos encantan. Este es el caso de (500) días juntos, una historia de amor indie en su formato, pero no en su contexto. Que nadie se engañe, el guión de la cinta es bastante convencional aunque eso sí, la música de los Smith y las corbatas del protagonistas, ayudan mucho a captar la atención de ese público susceptible de pequeños (pero importantes) detalles como estos. Yo, soy una de estas personas, no lo puedo evitar. Si una película tiene una buena banda sonora, es muy fácil que me guste o por lo menos me cause simpatía.
Por todo esto, si queréis ver una película amable, de esas que dejan buen sabor de boca, y que a la vez no sea la típica comedia romántica made in Hollywood, (500) días juntos es el perfecto título para vosotros. ¡Feliz Navidad!
Habrá que verla. Me han hablando bien de ella, interesante en cuanto a cierta inversión de los supuestos roles tradicionales. (Las tías estáis demasiado salidas, últimamente..) Apunto lo de las corbatas, siempre fui un defensor de esta singular prenda y hasta me propuse un negocio que nunca haré (ahí queda la idea…). bss