Por Beatriz Cebas
Son muchas las películas cuya trama principal se desarrolla bajo los barrotes de una cárcel: Cadena Perpetua, Pena de Muerte, En el nombre del padre… Todas ellas son grandes cintas que retratan con maestría la historia de un drama. En España, también han sido varios los directores atraídos por este género. No obstante, me atrevo a decir que no ha sido hasta ahora, con Celda 211 (se estrena este viernes), cuando nuestro país ha sabido realizar una gran película de género carcelario.
Sin duda, la interpretación de Luis Tosar tiene mucho que ver en mi afirmación. El actor gallego ha sabido superarse una vez más con un papel difícil, el del asesino Mala Madre, que clava a la perfección. La historia de Daniel Monzón (director y guionista) también ha tenido que ver, y es que en Celda 211 se habla de mentiras, equivocaciones errores del sistema, y sobre todo, de historias humanas. Aunque esta cinta no sea un melodrama de lágrima fácil, lo cierto es que con esta película se sufre, y mucho.
No es nada fácil contar la historia de un joven funcionario de prisiones que por accidente queda atrapado en una celda de una cárcel, justo cuando se produce un motín, y tiene que sobrevivir. En este caso, la historia sí es creíble.
Si bien la elección de Tosar como uno de los actores principales ha sido todo un acierto, he de reconocer que la de Alberto Amman, lejos de ser una mala interpretación, sí se queda deslucida y en ciertos momentos carente de la fuerza necesaria. Aún así, los roles entre ambos personajes están bien delimitados. Se ha prescindido de papeles planos de “buenos y malos”, y se ha optado por unos personajes más ricos con pequeños espacios de luz y oscuridad para ambos casos. Sin duda estas interpretaciones han servido para que muchos vean en ésta, la mejor película española del 2009.
Celda 211 también incorpora un tema de actualidad que si bien podía resultar polémico, se escapa de dobles interpretaciones. Éste es el de los presos de ETA, encarcelados en esta misma área de la cárcel, y cuya vida tienen que mantener para utilizarla como moneda de cambio.
Nunca he sido una gran fan de las películas de género, pero la brutalidad de esta historia, la veracidad de Tosar y lo impactante de sus imágenes me han conmovido. Si bien nuestro país adolece de una buena colección de películas de género, Celda 211 se presenta como una rara y afortunada excepción que merece la pena descubrir.
¡Tiene una pinta mortal! Yo me temo que no voy a poder verla hasta Navidad pero oirte contarla da ganitas… Además el rodaje se hizo en una cárcel abandonada, y no directamente en plató, lo que supongo que contribuye a su verosimilitud.
Con suerte se estrena en Londres y la puedes ver 🙂
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