Por Antonio Golmar
Hoy martes 27 de octubre el escritor húngaro Lászlo Krasznahorkai celebra un encuentro con periodistas y otras gentes de mal vivir con mótivo de la edición en español de su novela El último lobo por la fundación Ortega Muñoz.
La presencia de Krasznahorkai en España es especialmente oportuna, dado que dentro de unos días celebraremos los 20 años de la caída del muro de Berlín, un hecho del que se han hecho eco los Premios Príncipe de Asturias con los reconocimientos tanto a la ciudad alemana como al escritor albano Ismael Kadaré, autor de uno El palacio de los sueños, uno de los análisis más agudos del totalitarismo desde la literatura y que algunos sitúan incluso por encima de obras como 1984. Una de sus mejores novelas, el relato telúrico Abril quebrado, fue adaptada y llevada al cine en 2001 por Walter Salles (Estación central). Abril despedaçado se estenó en España con el título Detrás del sol. Aunque la película traslada la acción al sertao del nordeste brasileño, la traslación de la acción a tantos kilómetros de distancia no resta un ápice de dramatismo a la terrible historia en la que su autor describe con crudeza el choque entre la fidelidad al terruño y a las costumbres ancestrales y la inevitable tendencia humana a romper con algunos de los lazos que nos unen a las comunidades de origen.
Igual que Kadaré, Krasznahorkai, un símbolo de la contestación al comunismo para muchos de sus compatriotas, conjuga su trabajo literario con su afición al cine. Él mismo ha adaptado cinco de sus novelas a la gran pantalla bajo la dirección de Béla Tarr. Entre ellas destaca Melancolía de la resistencia, una tragicomedia que nos hace reír y llorar, a veces al mismo tiempo, y con la que el autor ajusta cuentas con el pasado reciente de su país, dominado por la colaboración con el nazismo y luego por la dictadura bolchevique antes de la restauración democrática, y sé pregunta qué impulsa a los pueblos a confiar en esas figuras salvíficas que al final sólo traen miedo y violencia. La versión cinemetográfica se tituló Armonías de Werckmeister.
Es una pena que con motivo del vigésimo aniversario de la caída del muro a nadie se le haya ocurrido organizar un ciclo de cine que aborde la mirada de estos creadores, tanto los procedentes de Europa del Este como los que desde este lado del telón de acero interpretaron lo que ocurría allí. Sin embargo, nada impide que uno no se monte uno en su propia casa. Para comenzar, les recomiendo esta gran película que se puede adquirir en DVD con subtítulos en español y que me parece un regalo perfecto para estas fechas. ¿Con qué otras películas completarían ustedes el ciclo?
Imprescindible «Uno, dos, tres» de Billy Wilder. Aparte de ser una de sus mejores comedias (que tratándose de Wilder, es mucho) retrata perfectamente lo que era la Berlín dividida. Además está hecha tan sólo un par de meses antes de que se levantara el muro.
Fonseca