Por Miguel A. Delgado
Me permito volver aquí sobre lo escrito por mi compañera Silvia García Jerez sobre La niebla, no sólo porque coincido con ella en calificarla como una maravilla de cinta de terror y ciencia ficción (ambas cosas combinadas en diferente proporción, no sabría muy bien decir con cuánto de cada), sino porque me ha hecho volver sobre uno de los aspectos que más me siguen desconcertando de ella: el personaje interpretado por Marcia Gay Harden, la señora Carmody.
Recapitulemos (y sin destripar demasiado del argumento): la señora Carmody es algo así como la loca del pueblo, la cuota excéntrica que todo el mundo tiene más o menos asumida, y a la que en el fondo nadie hace caso, porque es pesada pero inofensiva. Hasta que aparece la niebla y un grupo de supervivientes, entre los que se cuenta ella, quedan encerrados en un supermercado, sin poder salir, y ante la amenaza de algo que da buena cuenta de cualquiera que ponga el pie fuera.
En esas circunstancias, la locura de la señora Carmody va evolucionando hacia una intransigencia ultrarreligiosa, identificando lo que le ocurre al pueblo como un castigo divino hacia las iniquidades del hombre, a su soberbia científica, a su olvido de Dios. Y si al principio nadie le hace caso, los hechos se van precipitando de tal manera que pronto va contando con un número creciente de acólitos que caen en el fanatismo y la obediencia ciega hacia quien creen tocada con el don de la profecía.
No voy a explayarme más con el argumento, porque revelarlo sería hurtar a quien no haya visto la película la posibilidad de asistir a una de las resoluciones más potentes que hayamos visto en el cine comercial. Pero hay algo que no puedo quitarme de la cabeza: ¿cuál es la postura que tiene Frank Darabont (e, imagino, Stephen King) ante lo que sucede? No cabe duda de que es tratada como la mala de la película, y difícilmente uno podría simpatizar con ella, pero… ¿no termina el final, en realidad, dándole la razón?
Esa duda me carcome y me hace darle vueltas a la película una y otra vez. Una prueba más de lo grandísima que es.
Buenas
Pues yo disiento sobre la maestría de esta película
Darabont tiene en su haber dos películas consideradas las mejores adaptaciones de obras de Stephen King: «Cadena perpetua» y «La milla verde». Ambas son del género carcelario. Esta era la primera vez que adaptaba algo del género de terror. Y la expectación era grande. Creo que muchos esperábamos un nuevo «Misery» o como poco un nuevo «El resplandor».
En mi caso me siento defraudado. No está mal, pero tampoco es para tanto. Es una más de Stephen King. Si uno va a verla porque le han dicho no sé qué cosa del final y de lo bien hecho que se desarrolla el drama que le sucede a esa gente atrapada puede sentirse desilusionado por lo que va a encontrar. A mí me pasó eso. (ver spoiler)
Entretenida, no terrorífica.
spoiler:
El guión es bastante típico de King. Véase «Los Tommynockers» o «The Stand», o «Dreamcatcher». Militares malos, fanáticos religiosos, pequeño pueblo. Los ingredientes de siempre vamos.
Efectos digitales algo cutrecillos. Verbigracia, la escena de los tentáculos.
El final, se ve que a Darabont le gusta Jack London. Hay un final similar en uno de sus relatos cortos. Pero no está mal actualizarlo. Aunque sincéramente, mucho ruido y pocas nueces.
El mejor monstruo: Marcia Gay Harden haciendo de fanática religiosa. En eso coincidimos
Un saludo
Mayor,
evidentemente, discrepamos sobre la valoración de esta película. Personalmente, creo que sí que está a la altura de «Misery», aunque sus tramas sean muy diferentes. La que valoro menos es «La milla verde»: creo que está aquejada de una elefantiasis que le hacía perder sus virtudes (algo que, por otro lado, no pasa en «La niebla»).
Un saludo!