Mis cinco mejores

Por Clara Jiménez Cruz

En el mundo del cine, por alguna extraña razón que escapa a mi razonamiento, existe una tradición (en ocasiones maniaca) por las listas. No hace falta más que recordar a John Cusack en Alta Fidelidad, película en la que la lista de “Mis cinco mejores” suponen su estructura, pudiendo ir desde “Mis cinco mejores relaciones” a “Mis cinco mejores baladas”.

Y es aquí, en el tema musical, de lo que quiero hablar hoy. ¿Qué sería el cine sin música? Las películas perderían todo su sentido sin la música; es la música ese ingrediente más que permite al cine expresarse en estado puro, y sin duda es el ente manipulador que te lleva a introducirte en la historia de una u otra manera. Imagínense una comedia romántica sin música: no tiene gracia. Podríamos hacer una lista de bandas sonoras del cine, pero también podríamos morir en el intento. Así que yo, a lo John Cusack, prefiero hacer una lista de “MIS CINCO MEJORES CANCIONES DE CINE”. Vamos al lío:

1. QUIERO SER COMO TÚ. El Libro de la Selva. Habiendo sido ya clásico del programa, me parece que es una canción única, que puede cantar cualquiera y que en el momento en que empieza a cantar el Rey Loui comienzas irremediablemente a bailar.

2. I SAY A LITTLE PRAYER. La boda de mi mejor amigo. ¿Quién podría imaginar que el amigo gay que está haciendo de novio de Julia Roberts de repente se va a arrancar con tamaña canción en medio de una marisquería? Lo que podría quedarse en comedia romántica de las que se olvidan se convierte por este tipo de cosas, al menos para mí, en algo memorable.

3. BORN TO BE WILD. Easy Rider. De esta película es francamente difícil escoger una canción, ya que toda ella gira alrededor de canciones, siendo éstas más importantes que la propia imagen…Ojalá pudiéramos coger una moto y asilvestrarnos por la 66.

4. POP GOES MY HEART. Tú la letra, yo la música. Sé que se me puede crucificar facilmente por esta afirmación, pero esta canción de videoclip pintoresco me activa cada vez que la escuche e inevitablemente mis caderas se mueven al ritmo de las de Hugh Grant…

5. LA VALSE D’AMÉLIE POULAIN. Amélie. Para cerrar la lista algo tranquilo, musical, relajante… Esta canción es como dejarse llevar por las teclas de un piano, resbalando por ellas hacia un lado y hacia otro… Es otro más de los pequeños placeres de la vida, como hundir la mano en un saco de lentejas o hacer saltar las piedras sobre el río.

Son muchas las canciones que se quedan en el tintero, muchas que faltan, muchas con las que la gente no estará de acuerdo. Falta Forrest Gump, falta Cazafantasmas, faltan los músicos de la Nouvelle Vague, falta Morricone, falta John Williams… Si os digo la verdad, es posible que mañana mi elección fuera distinta, pero hoy tengo un día “asín”, así que disfrutemos hoy de ésta música que mañana siempre habrá otra.

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