Por Beatriz Cebas
Hace ya una semana que se estrenó Mapa de los sonidos de Tokio y desde entonces, la belleza visual de esta película se resiste a abandonarme. No lo puedo evitar, las imágenes de las calles de Tokio con sus hoteles temáticos y su mercado del pescado aún perduran en mi retina y… ¡amenazan con quedarse en mi memoria por mucho tiempo!
A diferencia de lo que han dicho muchos críticos cinematográficos (como nuestro querido Miguel Ángel en La Butaca), para mí ésta es sin duda la mejor cinta de Isabel Coixet, una obra refrescante, evocadora y necesaria. Si bien es cierto que hay algunos puntos donde el guión de la directora catalana flaquea, como la voz en off que narra la historia de Rinko Kikuchi y su particular historia de “amor” (que más bien sería de sexo) con Sergi López, me atrevo a afirmar que Mapa de los sonidos de Tokio es una de las mejores películas españolas de este año.
Cuando la semana pasada acudí al cine, apenas había recibido influencia externa respecto a la película, es decir, no había leído prácticamente nada sobre ella. Únicamente había ojeado un par de entrevistas a la directora y la crítica (no muy favorable) que aparecía en mi diario favorito. Por eso, se puede afirmar que llegué a la sala “limpia”, sin miedo a crearme una idea preconcebida de la película basada en prejuicios tomados de antemano. Cuál ha sido mi sorpresa al comprobar después que prácticamente toda la opinión “especializada” de nuestro país coincide a la hora de infravalorar un trabajo que para mí, en ciertas escenas roza lo magistral.
Realmente me entristezco al comprobar que el talento de esta directora -que ha recuperado a la producción cinematográfica al gran Sergi López- apenas es valorado en España. ¿Por qué la crítica de nuestro país se empeño tanto en echar por tierra el trabajo de todo aquel director patrio que demuestra originalidad, maestría y sobre todo, estilo propio?
He de reconocer que no soy una gran fan de todas las cintas de Coixet. De hecho, La vida secreta de las palabras llegó incluso a aburrirme, pero lo que no se puede negar es que Isabel Coixet es una de las grandes directoras de nuestro país. Por eso (y por contar en sus obras con una actriz tan brillante como Sarah Polley) merece un respeto y admiración que no ha hecho sino aumentar en mí después de ver y disfrutar Mapa de los sonidos de Tokio.
A ver si voy a verla esta semana. Coixet es de esta clase de personas que me cae dolorosamente mal, sin embargo, hasta la fecha, he disfrutado bastante de sus películas.
¿Recuperar a Sergi López? Pero si el muchacho no para! De lo último que ha hecho, me encantó «Les mots bleus»
Recuperarle al cine español Keko… que parece que sólo hace pelis en Francia y aquí deberíamos «captarle» para más producciones nacionales.
Ah, Ya decía yo : )
Bueno, comencemos:
1) Belleza robada-plagiada, al menos con el cartel:
http://meneame.net/story/fotografo-denuncia-plagio-carteleria-mapa-sonidos-tokio-isabel
2) Los diálogos son tronchantes. Cuando se juega a trascender y no se consigue, me parto. ¡Hoy es el día del beso!
3) No podré negar que imagen y sonido sean espectaculares, pero que yo sepa esto es ficción, no un documental de Tokio.
4) No podría estar más de acuerdo con Miguel Ángel sobre lo pueblerino español que queda Sergi López en todo ese entorno (es que no he podido dejar de contrastar el paraíso visual mencionado con la cantidad de bello corporal español que nos aporta), lo que ayuda a la hilaridad del diálogo.
En fin, que yo me sigio quedando con «Mi vida sin mí», o «A los que aman», que es en realidad la misma historia, solo que los personajes hablan, y nadie pretende ser trascendente-gafapasta
¿Originalidad? ¿Maestría? ¿Estilo propio? (bueno, esto último sí)
Para mí, la Coixet suele ser sinónimo de impostación, salvo en su anterior película, que curiosamente parece la menos apreciada por los más coixoaficionados: «Elegy», de lejos para mí su mejor cinta, y en la que sí que lograba que brillase su talento a raudales. No negaré su maestría con la imagen y con el sonido (hace maravillas en esta cinta), pero la historia no hay por dónde cogerla, y lo de los actores (¿recuperar a Sergi López? ¿Es que no era uno de los amos de la pantalla en «El laberinto del fauno»?)… sin comentarios. ¿Dónde aparece la química que explique esa explosión de pasión? Que pretender remedar a «El último tango en París» es un reto muy muy duro…
De todas maneras, veo que prácticamente todas tus apreciaciones se refieren a lo formal… y ése es el problema de la Coixet, que se olvida de que, para que algo esté vivo, tiene que tener algo debajo de sus bonitos vestido o maquillaje. Y, si uno descorre los bonitos cortinajes… ¡resulta que no hay nada!
Cuando todavía tengo en mi retina esa maravilla de «Frozen River», y la comparo con ésta, me doy cuenta de que sólo una de las dos directoras es capaz de aunar belleza formal y un retrato verdadero de los sentimientos… y me temo que no es la catalana.
Muchos besos, Bea 😉
Buenas
¿¿remake de El último tango en París?? pues si ya me llamaba poco la atención ahora si que me parece que no la voy a ver en el cine.
Nada, nada, para el DVD en alguna tarde otoñal. (Para deprimirme más si cabe)
Un saludo
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