Por Luis Pérez
No sé cómo ha sucedido pero me estreno en este blog. Y pensando pensando creo que la razón de que esté aquí son esas películas que te gustan a rabiar. Más que eso, te afectan emocionalmente, incluso físicamente tanto, que ya no vuelves a ser el mismo y nunca las olvidarás. Son pelis que te hacen asomarte al abismo… de los sentimientos (buenos o malos, es igual) como yo las llamo, y que se ven al borde del sillón, a punto de caerte. Esta es una de ellas, así la vi yo por primera vez. Pasen y sientan…
Llego a mi casa a las 6 de la tarde. Cojo una pepsi y me voy al salón. Pongo la peli en el DVD y me siento en el sillón. Había visto un par de pelis más de Wim Wenders y me habían impresionado. Por ellas empecé a creer en los ángeles sin profesar religión alguna. Conocía la BSO de la peli. El inabarcable músico Ry Cooder la firmaba, un tema de guitarra fronteriza (basado en un blues clásico de 1927) precioso y lleno de misterio. Leo la contraportada del DVD: una road movie extraña, tatata… Hey, que empieza, título: Paris, Texas…
Un tipo con una gorra roja y mirada vacía camina por el desierto de Mohave. No dice nada, sigue andando y muriéndose de calor ¿y de qué más? Sigue y sigue ¿de dónde viene y a dónde va? ¿Por qué está allí? Cuanta intriga y cuánta sed, ¡Pep-si!, echo un trago por el prota. ¡Riiing! suena mi teléfono, lo cojo, una tía me quiere vender algo, le digo: lo siento, tengo un amigo perdido en el desierto y necesita mi atención. Cuelgo y vuelvo a la peli. Las imágenes del desierto son increíbles y nuestro amigo sigue desgastando las suelas. Hasta que llega a una zona poblada y se desploma. Ni una palabra todavía. Va por buen camino.
Al tipo le recogen y le curan las heridas. Sigue sin hablar. Empiezo a pensar que le ha tenido que pasar algo muy fuerte para que esté así. Descubrimos que se llama Travis y que tiene un hermano, que viene a buscarlo y se lo lleva a Los Ángeles. Poco a poco empieza a hablar. Su hermano y su cuñada le creían desaparecido o muerto desde hace 4 años y están cuidando de un niño… ¡que es hijo de Travis! Empezamos a comprender. ¡Riiing! Vuelven a llamar, joder. ¿Sí? Una amiga, que si quedamos, vale pero cuando acabe la peli que estoy viendo, ¿cuanto queda? no sé, la mitad, una hora, venga xao. Miro lo que dura la peli: 147 min. Coño! Bueno, llegaré tarde, vuelvo a Mr. Travis.
…Que está destrozado emocionalmente pero toma una decisión, se lleva al niño en busca de su madre. Al hermano y su mujer les toca sufrir, pero saben que no pueden hacer nada. A mí la historia me ha tocado la fibra desde el principio pero ahora empiezo a acercarme al borde del sillón. Travis y el crío, que apenas se conocen, se van a Houston y tras unas pesquisas encuentran a la madre. Trabaja en un peep-show y se llama Jane. Aparece en la pantalla y te enamoras de ella al instante, ya os dije que los ángeles existen. Y entonces hay dos escenas de Travis y Jane en una cabina del peep-show, hablando por teléfono a través de un cristal, ella no le ve y él no la mira, que te ponen los pelos de punta. En ellas se explica la historia que les ha llevado a la situación en la que están ambos y lo hacen sólo a través de los diálogos y expresiones que tienen los dos, de una sensibilidad extrema y desgarradora.
Cuando acaban estoy sin aliento pero con la boca abierta. No sé cómo, pero ya no estoy sentado en el sillón. Estoy de rodillas, a menos de dos palmos de la TV, apretando con la mano izquierda un cojín contra mi pecho y con la derecha me he cogido el cuello de la camiseta y la he llevado a mi cara como si cogiera un tlfno. Por un momento flipo y pienso que si la llego a ver en el cine habría acabado agarrado a los rizos de la señora de la butaca de delante. Me alegro de que no, aunque no es alegría lo que siento. Travis se va de la cabina, después Jane. Vemos la cabina vacía, ¿vacía? Estoy yo, mi reflejo está en la pantalla y de esta ha pasado al cristal de la cabina de la peli. Durante esta escena (luego sabré que dura 15 min) yo estaba dentro de la cabina, yo era Travis y era Jane y quise retener ese sentimiento por un momento, ese que se me ocurrió llamar como asomarse al abismo…
Y finalmente nuestros protagonistas no saben a dónde van a ir cada uno, pero ya no están perdidos. Les ha costado muy muy caro, pero tienen una segunda oportunidad. Y robo la última frase:
Paris, Texas, un paraíso polvoriento, pero más resplandeciente que ninguno.
No he visto la peli pero me han entrado ganas de dedicarme al peep show para hablar contigo, con travis y con janeee, cuánta emoción!
Madre mía!!!!! menudo estreno se ha marcado nuestro técnico de sonido!!!! No puedo hacer otra cosa que quitarme el sombrero… me has dejado impresionada!!!
Me ha encantado Luis… Ya no tengo ninguna excusa para no ver París, Texas. Bienvenido al blog, y felicidades!! 🙂
Muy buena Luis! Aunque has elegido un peliculón para tu estreno… bien.. bien..
no sé qué pelis has visto de Wenders, pero yo soy muy muy admiradora… recomiendo El cielo sobre berlín, poesía pura…
Me encanta el título del blog.
Ojalá nadie las comiera!!
qué guapo! cuando mi bule se perdió en el desierto de Tejas en San Antonio no paraba de acordarme del principio de esta peli, es la bomba lironda. Muy bueno Luigi
Eres todo un friki, sí señor. Ya te enviaré más comentario. La peli es inmensa y tu comentario una excepción. Cómo está el amigo Harry Dean Stanton eh? Win Wenders sólo por esta cinta merece estar en todas las antolgías del cinema plus. Muy bueno sí señor.
Este menda ya sabía que tienes mucho talento. Espero que sigas ayudándonos a conocer peliculones. ¡Enhorabuena por tu texto!
Muy bueno. Por un momento te he visto agarrado a ese cojín y me he emocionado, porque he recordado lo mismo que sentí yo viendo esa peli. Me mola que hables así de cine, me interesan mucho más estos puntos de vista tan personales que las críticas asépticas. Sigue así, Luigi, que yo te seguiré leyendo. ¡Ánimo!
qué bien te ha quedado, fíjate que a mí la peli me aburrió un poco bastante mucho y tu reseña en cambio me ha emocionado…!!!! No sé si darle una nueva oportunidad a Paris Texas, 147 minutos has dicho? ejem…
Je, je, creía que escuchandote me partía de risa, pero leyendote, se me caen los lagrimones… Desde luego, me han entrado ganas de ver París, Texas, pero tu relato sobre tus aventuras mientras la veías me ha gustado más todavía.
Enhorabuena Luigi Fog!
Estoy abrumado. Gracias a todos por vuestros comentarios. Sólo puedo decir que yo aprendo todos los sábados en Noche de Cine. A los nuevos os digo que espero que sigais leyendo el blog y os engancheis. Pero cuidado, porque los críticos de élite no hacen prisioneros…jajaja!!
Chapeau!!!
Y no tengo nada más que decir!!!
Ya tienes una adicta más.
Besotes gordos.