Por Miguel A. Delgado
Nuestra infancia nunca hubiera sido igual sin aquella mítica advertencia: “Carol Anne, no te acerques a la luuuuuz” (bueno, otras veces sí que le decía que se acercara, podía ser un poco lioso). Y es que uno no sabía qué daba más canguelo en aquella Poltergeist, si los fenómenos extraños que sacudían la casa construida sobre un cementerio indio (¡y luego dicen que en Estados Unidos no hay escasez de terreno!) o aquella medium, Tangina Barrons, que acudía a ayudar a la familia Freeling.
Tanto éxito tuvo que Zelda Rubinstein se convirtió en algo así como la Chus Lampreave del fantástico y el terror. Porque esta señora pequeña, aparentemente afable, resultaba que sabía muchísimo del lado oscuro, ése que está al otro lado del túnel. Luego repitió su papel en las continuaciones, pero ya no era lo mismo. Y su grito fundacional (“¡No se acerquen a la luuuuz…!”) un inmejorable lema para la tontería de las noches de los sábados, copa en mano (por no hablar de innumerables guiños, como el divertidísimo de la película Bichos, en el que una polilla le advierte a otra que se dirige hacia una trampa luminosa). La buena de Rubinstein siguió haciendo películas, claro, pero nunca pudo quitarse de encima ese personaje fundacional. Por ello, merece como pocos inaugurar esta galería de Héroes de la Infancia. Gracias, Tangina… digo, Zelda.
Bueno, bueno, bueno, que Tangina, digo Zelda, tuvo suerte de que el director de casting de Poltergeist no conociera a Chus Lampreave, que si no ni siquiera hubiera tenido oportunidad de encasillarse
Bytheways, me ha encantado lo de «la tontería de los sábados noche copa en mano», ahora los oyentes comienzan a entender…
Vaya M.A., pensaba que el video final iba a ser un Celebrity de verdad… Ahora estoy decepcionada, no hagas eso conmigo 😉
Quita, quita, que hasta iba a poder lo del chorrazo, pero me temía ya una querella por violación del «copyright» 🙂
Buenas
Pues nada, comentar que acabo de oir por la radio este icono de la niñez se ha ido a la luz.
Un saludo
Tú lo has dicho, Mayor. Qué penita dan estas noticias…