Por Beatriz Cebas
Hacía muchos años que las películas italianas no tenían tanto éxito en nuestras pantallas como ahora. Sin duda, la “culpa” de esto lo tiene Gomorra (2008), la genial cinta de Matteo Garrone basada en el aún mejor libro del periodista Roberto Saviano. Como siempre pasa con estas cosas, el triunfo que el filme tuvo a nivel internacional ha hecho que actualmente se hable de una especie de “resurgimiento del cine italiano”. Aunque esta definición tiene parte de verdad, sería muy sesgado pensar que en los años anteriores a Gomorra, Italia no había producido ninguna buena película. No obstante, es cierto que quitando contadas excepciones como la coproducción No te muevas (protagonizada por Penélope Cruz), pocas de éstas han llegado a España.
Y es que no hay nada mejor que tu país tenga un taquillazo para que cintas que de otra manera apenas tendrían repercusión más allá de las pantallas patrias, también triunfen. Este ha sido el caso de trabajos como Il Divo (2008) -la interpretación de Toni Servillo como Andreotti es simplemente genial-, Romanzo Criminale (2005), y recientemente Vacaciones de Ferragosto (2008). Precisamente esta, dirigida por Gianni di Gregorio, se presenta como la comedia perfecta para pasar un buen rato disfrutando de la sencillez y la frescura de un producto sin artificios, tan bien hecha con tan pocos medios que es imposible no rendirse a sus encantos.
Se ha hablado mucho sobre qué supone para cada espectador el hecho de ir al cine. Algunos lo hacen para desplazarse a otros mundos, sentirse parte de vidas que nunca tendrán, comprender más la realidad que nos rodea, o simplemente reír. Y es que, aunque se tienda a despreciar a la comedia clasificándola como género menor, me niego a pensar que despertar una sonrisa en el espectador sea algo fácil. Personalmente, no exagero al afirmar que mi vida es mejor gracias a las películas de Woody Allen que me hace reír sin parar, o que el tedio de los viajes en metro mejora debido al recuerdo de escenas puntuales del mejor Almodóvar. Por todo eso estoy tremendamente agradecida de que aún se sigan haciendo comedias inteligentes donde la risa salga desde dentro como algo profundo, algo que con el tiempo permanece.
Vacaciones de Ferragosto no será la película del año, pero si es una de esas cintas que merece la pena ver por el simple placer del puro entretenimiento. Por todo esto, si las películas italianas que van a llegar a nuestro país a partir de ahora tienen la calidad de las ya citadas, estoy más que encantada con el mal clasificado como nuevo resurgimiento del cine italiano.
Tienes toda la razón: una película pequeña, pero con más vida dentro que bastantes otras más ambiciosas. Y ¡qué difícil es ser natural!
No me convenció Gomorra, pero sí, nada como un exitazo para poder acercar películas que de otro modo serían casi inaccesibles.
Del cine italiano se habla poco y mal, supongo que parte de culpa la tiene el Nanni Moretti que se agotó tras La habitación del Hijo y sus protestas políticas. Por mucho que nos pese, al final los gobiernos pinchan y cortan en esto de cuidar y exportar el cine, y que tu máximo exponente te de cera, no es algo que tolerase Berlusconi.
Algunas recomendaciones sin salir de los últimos 5 años: «Hagan como nosotros de Francesco Apolloni», «De cero a diez de Luciano Ligabue» y «Pater familias de Francesco Patierno»
Gracias por tus recomendaciones Keko, las apunto en mi lista de pelis por ver 🙂
En la ultima decada ha habido (muy) buen cine italiano. Y aunque no ha llegado todo, si hemos podido ver cosas interesantes de buenos directores. Gabriele Muccino es bastante crack, en especial «L’ultimo bacio» (en USA hicieron un remake) y su continuacion «Ricordati di me». Ferzan Ozpetek es un director turco pero desde hace tiempo trabaja en Italia, por ejemplo «Le fate ignoranti». Gabriele Salvatores es otro de los destacado, irregular, pero con joyas como «Mediterraneo» o «Io non ho paura» (si de los ultimos tiempos hablamos). Pero no solo de directores vive Italia. Desde el 2000 hay una generacion espectacular de actores, cuyo referente absoluto es Stefano Accorsi, al que es muy recomendable seguirle la pista. Y luego, como flotando sobre todos está «La meglio gioventù», una peli de 6 horas (2 dvd, precio economico) que recoge la vida de dos hermanos durante los ultimos 50 años de la historia italiana. Brillante. Son algunos ejemplos de cosas que si han aparecido en España. Para mi el resurgimiento del cine italiano fué sin duda a partir del 2000. De hecho andaba preocupado porque ultimamente habian desaparecido, pese a la insistencia de Benigni (muy bueno o muy malo) y el coñazo de Moretti. A ver si los que iniciaron a tope el siglo XXI se consolidan y se imponen en una industria que, si en España está mal, en Berlusconilandia deben pelear contra la caspa, el trapicheo y el encefalograma plano general.