Por Jaime Ramos
David Fincher ha probado ser un magistral realizador. Nadie se atreve a negar a estas alturas que, no es que él vaya a pasar por el futuro del cine, sino que el futuro del cine pasa por él. Y con esta trayectoria, es impresionante como encontramos piezas de él en todos los ámbitos del arte audiovisual, como por ejemplo este anuncio, cuya marca permítanme obviar.
Pocas veces me había ocurrido emocionarme y visualizar una vez tras otra un anuncio comercial, y menos de fútbol americano. Fincher ha conseguido en algo menos de un minuto armar narrativamente una historia de convergencia entre dos personas.
No falta ni sobra un fotograma. Tras verlo, nos da la impresión de haber comprendido la vida de los dos jugadores. Por mucho que no nos interese este deporte (como es mi caso), el impacto no nos dejará impasibles.
No me critiquen por alabar a Fincher. De vez en cuando hay que detener a las malas lenguas, como las que se cebaron en cierta medida después de que El curioso caso de Benjamin Button no triunfase en los Oscars. El síndrome tras la gala fue el de infravalorar la obra perdedora y a su director. Invito a aquellos que arrastren esa resaca que vean y analicen otra vez cinematográficamente tan solo un minuto de Fincher, el de este anuncio. ¿Siguen pensando lo mismo? A David Fincher le queda mucha historia.
Totalmente de acuerdo. Fincher es uno de los que más controlan el lenguaje cinematográfico, y en películas como «Zodiac» me recuerda muchísimo a Kubrick (¡ahí es ná!).
Y en cuanto al anuncio: nunca he entendido por qué los críticos más tradicionales (que no suelen comer palomitas) levantan la ceja ante los spots publicitarios… ¡Qué raro que gran parte de los que más están aportando al cine vengan de ese mundo! ¿O es que Lynch no es un creador?
Un saludo!